El pasado 9 de octubre llegó a las pantallas españolas 'Katyn', la última película del veterano director polaco Andrzej Wajda, uno de los mejores narradores de la historia reciente de su país. Así lo demuestra su extensa filmografía, en la que sus títulos han abordado asuntos como la resistencia polaca contra los nazis ('Generación', 1955), o la oposición del sindicato Solidaridad de Lech Walesa al régimen comunista ('El hombre de hierro', 1981).
Con semejante fijación por la Historia de Polonia, no podía faltar en la carrera de Wajda el recuerdo de uno de los episodios más funestos -y menos conocidos- de la Segunda Guerra Mundial: el asesinato de miles de prisioneros de guerra polacos a manos del NKVD, la policía política soviética.
